martes, 3 de junio de 2008

Amboy




Amboy se encuentra localizada en una zona que guarda testimonios muy antiguos de la ocupación aborigen y de la llegada de los conquistadores españoles. Tras la fundación de Córdoba en 1573, llegan a sus tierras expediciones españolas que a lomo de caballo y abriendo senderos, recorrían el territorio con el fin de conquistar e instalar postas en los dominios conquistados para España. Algunas familias se asientan allí, el pueblo lentamente comienza a tomar forma a medida que los pobladores originarios, los comechingones, van perdiendo sus dominios. De los primeros colonizadores quedan en Amboy algunas casas, el recuerdo que los alza como fundadores del pueblo y el espíritu aventurero de su gente. De los habitantes aborígenes, quedan en pie el respeto a la naturaleza y el nombre del pueblo. Amboy guarda en sus rincones las huellas de la historia que le dio nacimiento y conjuga estas reliquias con un hermoso ambiente natural. Quizás lo más sorprendente sea conocer el Embalse Cerro Pelado. Allí todo será propicio para recorrer sus costas, practicar buceo, disfrutar del sol que se refleja en el gran espejo de agua, o internarnos por el camino que bordea la montaña y tras unos 2000 metros de continuo descenso, llega a la caverna que contiene toda la estructura técnica de la obra. 180 metros de dura roca que desde hace años tiene la tarea de contener el agua y mantener así el embalse. Este tradicional pueblo, siendo uno de los más antiguos de la provincia, fue además la cuna del Dr. Dalmacio Vélez Sársfield, creador del Código Civil Argentino. Colonizadores, evangelizadores, políticos. Sólo nos queda remontar la calle principal de Amboy, e introducirnos en los senderos de la otra parte de la historia. Allí, el museo Dr. Dalmacio Vélez Sársfield, conserva cerca de 2000 piezas arqueológicas que dan cuanta de la cultura y la forma de vida de los primeros habitantes de la zona; los Comechingones. Desde el museo se realizan excursiones a las cavernas que estos pueblos tomaban como vivienda. Amboy, enclavada en uno de los rincones del Valle de Calamuchita, nos ofrece una rica historia y un excepcional ambiente natural para conocer y gozar.Distancia a Córdoba 116 Km

Alta Gracia



Haciendo los honores dignos de una importante puerta de ingreso a Paravachasca se alza la tradicional ciudad de Alta Gracia. Sus calles, sus hoteles, el campo de golf, casino, el ritmo y la comodidad de esta bellísima ciudad se empapa de una historia que se hace presente en cada uno de sus rincones. Caminar por el tajamar, en el corazón de la localidad, remontarnos a los tiempos de pugnas de poder y reminiscencias jesuíticas, visitar la casa en donde vivió Ernesto Che Guevara de niño, son sólo algunas de las maneras de descubrir el encanto que la ciudad resguarda entre sus calles. En el centro de la misma, frente a las aguas del Tajamar construído por los jesuitas en el siglo XVII, se alza la imponente la Torre del Reloj, erigida en 1939 en conmemoración a los 350 años que por esos tiempos cumplía la localidad. Alta Gracia mantiene una innumerable cantidad de edificaciones y huellas del pasado jesuítico, como la Iglesia principal de la ciudad , la Residencia (hoy museo del Virrey Liniers) que a un lado del antiguo templo contenía las habitaciones de los padres estancieros, el Tajamar con sistema hidráulico de acequias subterráneas que le proveen agua, los restos del Molino, el Obraje (hoy escuela secundaria), la Hornilla y los Paredones. Además de sus construcciones jesuíticas, entre sus calles alberga el hogar en donde transcurrió la infancia del famoso revolucionario Ernesto Che Guevara, las huellas de la época de oro de los ferrocarriles, con sus casas de chapa y su Estación, el chalet en donde vivió sus últimos años el compositor Manuel de Falla, y una multiplicidad de museos y lugares de interés histórico y cultural. Cada año, alrededor del Tajamar, se instalan los stands que portan las recetas típicas de diversas culturas del mundo en el marco del Encuentro de las Colectividades.
Pero no sólo en esta fecha Alta Gracia se luce. Cada día del año sus calles presentan una multiplicidad de bares, confiterías y restoranes, que se suman a la excelente oferta hotelera que la ciudad ofrece. Esta localidad única, que reúne interesantes testimonios históricos con la comodidad de sus instalaciones, es un lugar privilegiado además, por el entorno natural que la rodea. Disfrutar de la verde tranquilidad de su prestigiosa Cancha de Golf, de la frescura de su múltiples balnearios, de las cabalgatas por los alrededores de la ciudad, son sólo algunas de las actividades que Alta Gracia propone para recrear el espíritu en medio de la naturaleza. Pocas ciudades pueden ofrecer tan variadas formas de ser disfrutadas.Distancia a Córdoba 38 Km

Alpa Corral



A los pies del magnífico cordón de las Sierras de los Comechingones, se nos presenta la hermosa Alpa Corral, que descansa sobre el anaranjado manto de sus flores que estallan en primavera. Síntesis de montaña y arroyos de particular encanto. Ubicada en ambas márgenes del río Las Barrancas, entre los rincones de la localidad van surgiendo lugares de excepcional belleza que componen un ambiente ideal para disfrutar de la tranquilidad y el entorno natural de la zona. Con sus innumerables playas, sus profundas ollas de cauce cristalino, con sus senderos que se pierden en la magia de la serranía y con sus parajes de caprichosas formas que nacen del relieve, Alpa Corral mantiene todo el encanto y la frescura de su ambiente conjugado con el contorno de sus capillas y su historia. Recorrer el sinuoso trayecto que pasa por los balnearios El Codito y Sauces Colorados, conocer la Gruta de la Virgen de Lourdes, admirar la belleza del imponente cañón de Cajones de Alpa Corral, que tallado en las rocas acusa el milenario paso del río, o adentrarnos en el encanto de Las Laguitas, un solitario y pintoresco caserío serrano, son sólo algunas de las maneras de conocer esta apacible localidad. Saliendo del pueblo, el misterio de la fe se mezcla con el paisaje. Allí, entre las ruinas de la Estancia Hambaré, se edificó a principios del siglo pasado una pequeña capilla de piedra que tenia como destino albergar una imagen traída de Europa, La Virgen de Pompeya. En el rumor de los pobladores del lugar escucharemos las historias de la aparición de la santa figura en la capilla del pueblo, las historias del milagro que aún hoy puede visitarse. Alpa Corral nos ofrece además, sus innumerables instalaciones para que podamos disfrutar de la tranquilidad y la belleza que encierra. Ya sea desde sus camping, posadas, hosterías y cabañas. Cada rincón de la localidad invita a ser recorrido y cada sendero del lugar nos introduce en esa magia de pequeños milagros e imponente naturaleza. Distancia a Córdoba 209 Km

Almafuerte


Situada en al sur del territorio provincial, en el marco de un paisaje caracterizado por la transición de las sierras a la llanura, Almafuerte tiene un pasado rico en historia e importancia. Allí, el General José María Paz, el Manco, acampó sus tropas a la espera del enfrentamiento con el legendario Facundo Quiroga, el Tigre de los Llanos. Por esta localidad además, pasaba el Camino Real hacia Chile y tiempo más tarde, el progreso del lugar se unió, de la mano de su fundador, a las filas de la Unión Cívica, al paso del ferrocarril y a otros avances que impulsaron el crecimiento. En la década del 70, se llevó a cabo la construcción del dique Piedras Moras, que embalsando las aguas del Río Tercero o Calamuchita, embellece el paisaje con un magnífico espejo de agua que pasó a ser uno de los atractivos turísticos más concurridos la zona. En sus costas podemos encontrar un completo balneario y un complejo que con su discoteca y restaurante, da cuenta del confort y el buen gusto con el que la localidad brinda todas sus comodidades al visitante. En el fondo del Lago, permanece íntegramente sumergida una Usina construida en 1916, que se transforma un desafío para los buzos de los niveles más avanzados. Ubicada a 100 kilómetros de la ciudad de Córdoba, a la vera de la ruta 36 en dirección sur, Almafuerte cuenta además con una importante infraestructura hotelera. Así se compone su paisaje, con un majestuosos dique, con un entorno natural privilegiado y con los rincones de un pasado rico que aún hoy se palpita en los senderos de la localidad. Distancia a Córdoba 100 Km

Agua de Oro


Construida sobre las antiguas tierras habitadas por el cacique Ani-Mi y su tribu, Agua de Oro se alza sobre los márgenes del río que lleva su nombre. Entre las serranías pobladas de talas, algarrobos y olmos, esta localidad nace primero con el nombre de Paso de las Vacas, ya que era utilizada como el punto clave para el traspaso de los ganados que pastoreaban a la vera de su río. Debido a la antigüedad de su origen, guarda entre sus calles las huellas de una historia centenaria. Una de estas huellas la constituye la Iglesia de San Vicente que, siendo la más antigua de la región, destaca un campanario de particular estilo arquitectónico. Los anchos muros que la componen, guardan en su interior imágenes de santos, antiguos ornamentos, un cristo pintado en óleo, perteneciente al abuelo del General José María Paz, y que data del 1778, entre otras esculturas y frescos meticulosamente conservados. En la parte posterior de la misma, el viejo cementerio alberga las tumbas pertenecientes a las principales familias de la zona. Esta capilla sólo puede ser visitada por el público los días domingo, cuando es celebrada una misa a la cual asisten los lugareños. El paseo por la historia de Agua de Oro se conjuga con las bellezas naturales de la zona, que dan un marco ideal para disfrutar de las antiguas construcciones como si viajáramos en el tiempo, como si nada hubiese cambiado. Es así que, siguiendo la Avenida Costanera, acompañando el cauce del río, accedemos al Convento de la Santísima Trinidad. Fue construido con reminiscencias neo-barrocas españolas y que posee un hermoso patio interno con la imagen de la Virgen de Lourdes, en una antigua gruta conformada por rocas de la zona. Cuenta además con una pequeña capilla que es de uso exclusivo de las únicas tres hermanas franciscanas que habitan en el lugar. Remontando la ruta E53 desde el aeropuerto internacional de Córdoba hacia Agua de Oro, atravesaremos las localidades de Río Ceballos, Salsipuedes y El Manzano. Casi al final de las Sierras Chicas, Agua de Oro nos está reservando su atrativo de historia y naturaleza. Disfrutar del lugar significa sentir la frescura de su aroma, descansar en el balneario frente a una hermosa pileta natural, complacerse en la comodidad de sus servicios, regocijarse en el murmullo de la verde serranía y pasear por senderos cargados de historia.Distancia a Córdoba 43 Km

Achiras




En esta apacible localidad del sur cordobés, el encanto natural de la zona y la silueta de las ultimas estribaciones de las Sierras de los Comechingones, se mezclan con las huellas de la historia centenaria que le dio nacimiento. Los registros oficiales nos cuentan que el surgimiento de Achiras data de mediados del siglo XVI, pero como es frecuente en la historia americana, su pasado nos remonta a tiempos de aborígenes mucho más lejanos. Caminar por sus senderos verdes, por sus balnearios de aguas cristalinas, cabalgar por los resguardos ocultos de la serranía o adentrarnos en la magia de la herencia aborigen materializada en los cerros de la región, en las imágenes que los comechingones fueron plasmando en la roca, son sólo alguna de las maneras de conocer los encantos que alberga la localidad. Pueblo de parajes y de rincones de gran hermosura, Achiras es un lugar ideal para disfrutar de la tranquilidad de las sierras, para combinar nuestros latidos con el compás de un río que desde hace miles de años surca el territorio. A la vera de la ruta provincial número 30 que nace en la ciudad de Río Cuarto, nos espera esta magnifica localidad, que aprendiendo de esa tierra de comechingones, permanece en una comunión de profundo respeto y equilibrio con el entorno natural que la rodea. Distancia a Córdoba 184 Km

Cordoba


Córdoba, ciudad de las campanas, ciudad universitaria, pero con cambiantes rostros de modernidad. Su corazón colonial se pierde entre los paisajes de sus calles . En el cielo asoman las cúpulas de un pasado de fe y tradición. Temprano en la mañana se van a abriendo las persianas de los primeros negocios, y poco a poco la peatonal se va poblando de trabajadores, de paseantes, de artistas callejeros, de habitantes en su diario quehacer. Los cafés abren sus puertas, las iglesias ventilan sus muros repletos de historia, los claustros universitarios se pueblan de estudiantes, los bancos y oficinas inician su actividad, más tarde, los shoppings... Así, todo comienza a funcionar, cada uno de nosotros va marcando el palpitar del corazón de la ciudad. El arte, la historia, la educación, la industria, la tradición, la hospitalidad de su gente, el humor, la cultura, el deporte. Es imposible describir en tan pocas líneas la cantidad y calidad de las ofertas que presenta la ciudad de Córdoba. Con un pasado que se remonta a las tiempos fundacionales del país, con imponentes construcciones que materializaron los poderes de la política y la fe, la capital de la provincia posee una innumerable cantidad de rincones que merecen ser conocidos. La Manzana Jesuítica declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, la joya arquitectónica de la Catedral, con su notable combinación de elementos del barroco y del neoclasicismo, el valor artístico de las iglesias, el colonial estilo del Cabildo, son sólo algunos de los edificios en los que puede vivirse el rico pasado que dio nacimiento a la ciudad. A ello se suman los monumentos y paseos heredados de los siglos XIX y XX, como el Teatro Rivera Indarte, el Palacio Ferreira, los museos de bellas artes, el Parque Sarmiento, la Plaza San Martín y el Paseo Sobremonte, entre los más notorios. En cada de uno de los claustros de la primera universidad del Río de la Plata, en cada una de sus galerías, teatros, bibliotecas y museos, se palpita el sentir de la manifestaciones más hermosas del arte, la ciencia y la cultura. Aquí se mezclan los estilos clásicos y los de la modernidad, las vanguardias adaptadas y las formas propias. Todo tiene lugar en Córdoba, todo aquí se conjuga en una excelente alternativa para quines gustan disfrutar de la cultura y el arte. Con un aeropuerto internacional ubicado a minutos del centro de la ciudad, podremos acceder a una de las capitales que posee la más variada infraestructura hotelera y oferta gastronómica. Estos aspectos se materializan en sus platos típicos, en las recetas de renombre y tradición internacional, en sus salas de convenciones y los lugares de recreación. Cuando la noche cae sobre los muros más antiguos y los modernos edificios, Córdoba lejos de sumirse en la oscuridad, se enciende. Bares, restoranes, pubs, teatros, cines, recitales, conciertos, materializan el ritmo de múltiples ofertas culturales y recreativas. Cuando buscamos cambiar el vibrante ritmo de la urbe por el entorno de una paisaje tranquilo, son pocos los kilómetros que nos conducen a lugares de calma natural y entorno serrano. Fundada el 6 de julio de 1573 por la corriente colonizadora al mando de Jerónimo Luis de Cabrera, la ciudad continua su progreso. De semillas aborígenes a ciudad industrial, encontraremos aquí un complejo entramado de anécdotas que componen el sentimiento de sus habitantes. Si uno sabe escuchar, encontrará en sus calles las leyendas de su población, las historias de su gente, sus fantasmas y sus recuerdos; mezclas de creencia y misterio que nos cuentan las voces de la ciudad. Luces y sombras de la historia que seguramente nos remontarán hacia otros mitos, los que contaban nuestros ancestros, bajo las luces y las sombras de un antiguo fogón.